jueves, 30 de mayo de 2013

Esclavos de nuestras pasiones.

No voy a decir que me haya leído La Divina Comedia de Dante, porque no es cierto. Sé algo de la obra, el enamorado que viaja por cielos e infiernos en busca de su amada y de la mano de un guía. Sin embargo, acabo de leer La Ecuación Dante, de Jane Jensen, que no tiene nada que ver con la obra maestra italiana… Ésta es una novela de pasar el rato, de suspense y acción, pero que en algunas partes me ha hecho pensar.
La protagonista es una física que descubre que en el mundo existe una onda de energía con amplitudes +1 (hacia lo positivo) y -1 (hacia lo negativo). La científica consigue modificar mediante impulsos de radio positivos y negativos ese equilibrio y observa lo que pasa a su alrededor. Cuando modifica hacia lo positivo todo va a mejor, todo ser vivo es más vital, más verde, más guapo o con mejor suerte. Hasta un límite… en el que todo se amodorra, se acomoda y se desliza sin esfuerzo por el mundo perfecto, sin ningún inconveniente ni crisis que obligue al cambio o a la evolución. Cuando se incrementa el impulso negativo, todo se ralentiza, se estropea, envejece o tiene accidentes.

 

Y claro, como es una novela de ficción, los protagonistas se ven transportados a universos paralelos con diferentes valores de la amplitud de la onda. Pero no van a cualquier universo paralelo. Van a donde pertenecen. A los lugares que antes habían soñado que eran perfectos. Y allí descubren que sus cielos soñados pueden ser infiernos, y que sus obsesiones de triunfo, perfección, orden, lealtad… pueden pesar como una carga imposible de sobrellevar.
Voy a explicarlo con ejemplos. El rabino judío, estricto, apegado a la ley antigua, el que no acepta ninguna costumbre occidental ni moderna, el que reza en hebreo y viste al modo tradicional, el que nunca se quitaría su barba… se ve trasladado a un mundo con una gravedad aplastante, que machaca sus articulaciones y le impide caminar, aplastado por su propio peso y rodeado de unos habitantes pesados, fuertes, lentos e inmovilistas, encerrados en sus crueles tradiciones. El soldado atlético, prepotente, el macho Alfa, sin familia, que odia su infancia, cuya única vida es el estado y la carrera militar, se ve en un mundo de castas, lleno de nuevas tecnologías y desarrollo para algunos, lleno de males para otros. Un mundo en el que no hay padres, se conciben hijos por obligación y sorteo, todo el futuro es servir al estado y cuando llega la jubilación a uno le “jubilan” del todo, que ya no sirve para nada. Y al final, es cierto: un hombre puede ser esclavo de sus pasiones. Los cielos pueden ser infiernos.
La idea de que uno se ve trasladado a donde le corresponde es, para mí, la misma idea del premio o castigo de las creencias religiosas. Según hayas actuado en esta vida, así te irá en la otra. Como el famoso karma. Nuestro propio concepto de la vida “correcta”, adecuada, puede ser un concepto equivocado para los demás, que nuestros cielos se perciban como infiernos por las demás personas. Y sin duda de aquí nacen las diferencias entre las personas, las disputas y las guerras. Quizá fuéramos todos más tolerantes si pensáramos más a menudo en esta dualidad de todas las cosas de la vida, y en que todo, todo, extremado, por bueno que sea en su origen, es probablemente malo al exagerarlo.
Y esto no quiere decir que no haya que tener pasiones ni sueños a los que aferrarse, porque si no seríamos seres afásicos, todo nos daría igual, no pondríamos nunca ningún tipo de sentimiento a nada. Pero en nuestra propia conciencia está la capacidad de ver cuál es el momento en el que las obsesiones se tornan realmente oscuras… ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Cómo responder a esto?

Tengo una respuesta. Mi padre me dijo una vez que cuando vea sufrir al otro con mis pasiones pare. Que tome un respiro y que luego hable. Así, creces como persona y luego, vuelta a empezar.

de 

miércoles, 29 de mayo de 2013

Mahatma Gandhi: “El portavoz de la conciencia humana”



La razón por la que actuaba Gandhi  se basaba en el reconocimiento del valor de cada persona, de su dignidad y en que todas sus acciones se debían basar en valores y principios UNIVERSALES más allá de las consecuencias de si le convenían o no o de si le afectaban o no a él individualmente.

Yo veo en Gandhi, como unas reglas de oro por las que se regía: ponerse en el lugar de otro, no hacer a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti, la libertad de cada uno acaba donde empieza la libertad de otro y la más importante que es obrar de tal manera que la máxima de tu voluntad pueda convertirse en norma universal. Algunos de sus grandes valores eran la verdad, la no violencia, la autodisciplina, la simplicidad, la no posesión y la igualdad.

No tuvo nunca riquezas, pertenencias, ni títulos oficiales, no le interesaba adquirir poder político, obtener beneficios personales ni demostrar nada a nadie. Por el contrario, era humilde. Fue, en definitiva, un claro ejemplo del máximo grado de madurez moral.

Todo esto me ha hecho reflexionar y pensar que si desde los colegios e institutos se transmitieran y trabajaran los valores que se consideren más valiosos y  se hiciera reflexionar sobre lo que es justo pero desde una perspectiva universal y se concienciara que todo lo global o universal repercute en la individualidad se estaría en el buen camino.

Deberían ponernos a los alumnos en situaciones que podamos pensar y decidir que acciones son mejores que otras y porqué. Hacernos ver que las  cosas no son buenas porque te gustan sino que me gustan porque son buenas.

En definitiva mejorar y practicar la capacidad de razonar moralmente.



Observando miradas

Que desconcertante resulta plantearse la vida desde los ojos de una persona de dieciséis años, cuando solo tienes tiempo para mirar por ti mismo, por formarte y realizarte como persona gracias a las capacidades adquiridas al nacer por ser sencillamente un ser humano.

Nos miramos, unos a otros, y nos percatamos de las infinitas diferencias que se presentan entre todos los individuos humanos y tu mismo. Esas diferencias, las causantes de que exista tanta diversidad de ojos, bocas, labios, cuerpos..., son por las que nos fijamos en los demás.

Cuando salimos a dar un paseo, o vamos al cine, o a comer a un restaurante, nos encontramos con todo tipo de personas, algunas de ellas con rostros simpatizantes, otros con cierto aire de enfado, muchos con la mirada perdida, como si no tuvieran nada por lo que sonreír o llorar...

Hace algunos días, cuando me subí a un medio de transporte público, me fijé, en una de sus muchas paradas, la cantidad de personas que no sonreían, y también en aquellas que mostraban ciertos ojos brillantes, como si estuviesen a punto de llorar, o bien, que lo hubiesen estado haciendo hasta el momento de enfrentarse a la multitud y a sus miradas por unos simples ojos cristalinos y unos pómulos algo rojos. 
Pero lo que más me llamó la atención fue algo que ocurrió dentro de mi misma. Algo que me había pasado ya antes, pero no se cuando. Pues bien, aquello que tanto me llamó la atención fue el ver a un hombre, un hombre que no tenía pinta de estar muy contento con su vida, conclusión que saqué debido a la forma de andar y la expresión tan triste que mostraba a cada lado de su cara.
El caso es que en una de las direcciones en las que mandó sus miradas para buscar sitio, me miró. Fue en ese preciso instante en que pregunté a mi misma: "¿Qué estará pensando? ¿Será feliz?" 





Está claro que es imposible responder a este tipo de preguntas si la persona a la que se refiere dicha respuesta es ajena a ti. Pero sí podemos imaginarnos la clase de vida que podría llevar, bien por su forma de vestir, o de mirar. Por mí misma comencé a indagar de forma inexplicable y fantástica en la vida de aquel hombre, y de repente me sentí extraña. ¿El motivo? Pensar que el mismo hombre del que yo estaba sacando mis propias conclusiones podría estar haciendo lo mismo. 
Obviamente, con esto no quiero decir que la gente haga continuamente una proyección en su mente de la vida de cada persona que pasa a su lado, pero sí que es una experiencia que me lleva pasando de continuo, de la cual no se que más puedo decir.

Simplemente un sentimiendo que me lleva acompañando ya desde hace tiempo, que lo noto cerca de mi en algunas ocasiones, y quería compartirlo con vosotr@s.

María B.
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Bravo!, María.

La vida es un poker.


Hace ya algunas semanas, estuve en una conferencia de José Antonio Marina. Para aquellos a los que no les suene el nombre, Marina es catedrático en filosofía además de escritor, ensayista y pedagogo. Fue profesor de filosofía en el instituto público de La Cabrera, instituto en el cual mi madre lleva dando clases de inglés ocho años.
Marina habló durante algo menos de hora y media a cerca de muchas cosas. El lenguaje, su función en el aprendizaje, la importancia de la memoria, la creatividad, la motivación, la inteligencia y la educación. Hubo una particular anécdota entre las muchas que contó que me llamó la atención. 

Él, años atrás, como profesor de filosofía que era, había tenido un alumno, casualmente en el mismo curso que nosotros, primero de bachillerato, que en los tests de inteligencia había obtenido siempre resultados excelentes. Y no solo eso, sino que era muy buen estudiante. Todos los pronósticos auguraban a este chico un futuro lo menos brillante, una carrera que le interesase y un trabajo digno. Pero llegado a un punto de su formación como estudiante, este chaval llegó a la conclusión que era más listo que todos sus compañeros...y también más listo que sus profesores.
En el barrio donde vivía, comenzó a socializarse con chicos que estaban algo marginados de la escuela, mucho más torpes que él, y a incitarles a cometer pequeños hurtos. Dado que le gustó la sensación de tener dinero fácil en sus manos, al año siguiente no apareció por el instituto.
Marina carraspea y acercándose al micrófono sentencia el final de la historia, y el comienzo de la reflexión: "La última vez que le vi, debía tener unos veintiocho años, y estaba en la cárcel."
De esta historia, sacamos las conclusiones de que una cosa es que una persona sea muy inteligente, y otra muy distinta es que sepa utilizar esa inteligencia. Marina comparó la vida entonces a una partida de poker. En la vida, como en el juego, no puedes elegir las cartas que te tocan. No puedes elegir tu genética, ni tu familia, ni tu país, ni tu entorno social, ni tu nivel económico. Y por supuesto, es mejor que te toquen cartas buenas, que cartas malas. Pero en la vida, como en el poker, lo más importante no son las cartas que te hayan tocado, sino el cómo las utilizas.

Aquí es cuando entra a escena la educación. No se pueden cambiar las cartas que recibe una persona al nacer, pero se puede enseñar a todo el mundo a jugar bien las cartas que se tiene, y eso ya es muchísimo. Marina habló también sobre el talento, que es algo que se adquiere a partir de la educación que recibe una persona. Antes de la educación, no hay nada más que biología. Por tanto la educación es el interruptor que hay que pulsar para que se enciendan todas nuestras capacidades, nuestras ideas y nuestro talento.

Paula D.

Aquí dejo el link de la conferencia, que afortunadamente alguien grabó y que no tiene desperdicio. Por si encontráis un hueco entre tanto examen.

http://www.youtube.com/watch?v=52M5Wt63etw

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Gracias Paula, está fenomenal. Muy bien elegido el tema.

VAYA NATURALEZA



A “la Madre Naturaleza”  se la define como un sistema perfecto, saludable y también sabio. Encierra un concepto de bondad, cuidado, amor, cariño y consideración. Sin embargo, todos hemos visto documentales de la naturaleza actuando de forma salvaje, es un sistema sangriento y desconsiderado con sus criaturas, sobre todo con las más débiles. Seguro que alguna vez te ha dado pena ver como una cría de hámster es devorada por su madre al considerarla la más débil de la camada, pajaritos que echan del nido a sus hermanos por ser más pequeños y enclenques, leones que matan a crías de leona para que ésta vuelva a entrar otra vez en celo, hormigas que tienen esclavos, también hay depredadores que matan para jugar con la comida y entrenar a sus cachorros, plagas acabando con cosechas, tornados, terremotos, infecciones virales, niños que mueren por alergias porque no toleran alimentos como la leche o el huevo, o que son alérgicos a algo “tan natural” como es el polen.

No es cierto que lo natural siempre sea mejor que lo artificial. De hecho, nuestros cuerpos son estructuras químicas que para mantenerse con estabilidad necesitan  incorporar otras estructuras químicas y energéticas. Cuando hace miles de años aparece el ser humano y nos desarrollamos como especie, lo hicimos al mismo tiempo que nuestro entorno natural. Nuestros cuerpos evolucionan con la química que nos rodea y tenemos presente. Si incorporamos a nuestro organismo compuestos químicos que no se encuentran en el entorno tendremos muchas posibilidades de que la química de nuestro cuerpo no reaccione correctamente a estos compuestos. Nuestros antepasados tuvieron que adaptarse a los químicos que se encontraban en la atmósfera y el entorno y los que no lo hicieron enfermaron y murieron quedando como siempre los más fuertes y preparados.

Yo no llamaría perfecto a un sistema que tiene criaturas sanas pero a partir del asesinato y eliminación de otras más débiles. La naturaleza para sostener a todos los seres vivos mata constantemente, y nosotros debemos ser los que con nuestro conocimiento vayamos corrigiéndola una y otra vez. Habrá que desarrollar y modificar la química de aquellos organismos para los que lo natural no es bueno. Cuando enfermamos nos tenemos que buscar nosotros mismos el remedio porque si dejáramos que  la naturaleza siguiera su curso tú y yo moriríamos.

Muy bien, una pregunta: ¿La naturaleza es moral? ¿Le tenemos que atribuir una intención moral?

¿Existen las creencias sin influencia?

Hace unos días encontré una reflexión muy interesante sobre un filósofo indio, Jiddu Krishnamurti, quedé totalmente sin palabras ante una reflexión tan profunda y compleja, y me sorprendió poder sacar conclusiones comunes con este gran filósofo.  
Esta es su reflexión:

 "Yo sostengo que la verdad es una tierra sin caminos, y no es posible acercarse a ella por ningún sendero, por ninguna religión, por ninguna secta. Ése es mi punto de vista y me adhiero a él absoluta e incondicionalmente. La verdad, al ser ilimitada, incondicionada, inabordable por ningún camino, no puede ser organizada.
Ni puede formarse organización alguna para conducir o forzar a la gente por algún sendero particular. Si desde el principio entienden eso, entonces verán lo imposible que es organizar una creencia. Una creencia es un asunto puramente individual, y no pueden ni deben organizarla. Si lo hacen, se torna en algo muerto, cristalizado; se convierte en un credo, una secta, una religión que ha de imponerse a los demás..." 




Mi reflexión:
Únicamente leyendo esta reflexión se puede percibir la profundidad del mensaje y las palabras llenas de un sentido crítico. 
Ante todo debemos preguntarnos, ¿qué es la verdad?, no existe una respuesta única a esta pregunta, a la hora de contestar la respuesta esta llena de subjetividad, la verdad depende de la persona que hable sobre ella.
Pero ante todo no podemos creer que de alguna manera se llegará a la verdad, porque realmente es algo que desconocemos, y que nadie conoce. Aún siendo atea, reconozco que para algunas personas las religiones son algo necesario y vital, porque de alguna manera de forma inconsciente la gente ante la posibilidad de obtener respuestas se dejan manipular de forma indirecta por las religiones y sus doctrinas. Las creencias de alguna manera hacen que la gente deje de pensar por si mismo, desde ese punto de vista lo que realmente interesa que la gente crea lo que otros dicen conocer, aunque las pruebas sean inexistentes, de alguna manera las creencias permiten a la gente vivir sin preocupación alguna, no solamente hablando de la verdad, refiriéndonos a cualquier cuestión de la vida, el futuro, la vida, la muerte, el origen, las religiones tienen respuestas para todo. De esta manera la gente vive conociendo absolutamente todo, no puede ser sorprendido, como en temas anteriores de filosofía hemos hablado de la apertura del hombre al mundo y también del miedo a lo desconocido, digamos que de alguna manera, las religiones les permiten a los seres humanos vivir sin preocupaciones.
A todo esto quiero añadir, que además de las creencias, los seres humanos somos influenciados por los demás, porque de alguna manera somos animales gregarios y en algunas ocasiones se sigue a los demás, adorando una opinión ajena e infravalorando la opinión propia. De alguna manera yo pienso que esto ocurre por la inseguridad del hombre por naturaleza, en mi opinión somos seres que vivimos con miedo por ejemplo a la equivocación y cada vez más, se vive con mied a ser juzgado y criticado, digamos que tomamos el camino fácil siguiendo a los demás sin pensar y reflexionar. 
Una conclusión que yo saco de todo esto es básicamente, que cada uno debe valerse como individuo, no solamente tener valor formando parte de un colectivo, realmente valiéndote por ti mismo es cuando conseguirás poco a poco ser independiente y autónomo, siempre y cuando consigas dejar de ser un individuo influenciable. Además serás dueño de tus propias opiniones, no hará falta unirte o apropiarte de opiniones ajenas.

Cada persona decide como quiere ser y donde fijar sus límites.
                   
                                                                                                                   Edurne Tineo.
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de Edurne T. 

EL FENÓMENO FAN





Hoy en día es muy común que nos guste algún deportista, cantante, escritor, etc. El que nos guste quiere decir que nos interesa su actividad artística y que estamos en continuo contacto con ella, pero cuando este interés es muy intenso a esa persona se le denomina fan.
En esta entrada voy a hablar del fanatismo actual, pero para entenderlo hay que saber los orígenes y tipos del  fanatismo.
Al principio de los tiempos, en la Prehistoria, los hombres adoraban a cosas tan simples como el agua, el cielo, las estrellas, etc. , es decir, a todo lo que les rodeaba.
En la época griega y romana se avanzó un poco más, ya que ahora se adoraba a figuras humanas o semi-humanas como eran los dioses y semi-dioses. En estas figuras ya se encontraron los primeros rasgos de vanidad que ahora utilizan las estrellas del pop, y aparecieron por primera vez los cambios de imagen para atraer a las mujeres, como en el caso de Zeus que se transformó en toro para conquistar a Europa, la diosa amante de los animales.
Hasta esta época el fanatismo se había considerado inofensivo, pero conla aparición de Jesús y las religiones monoteístas la peligrosidad aumentó considerablemente, ya que toda su atención y adoración iba dirigida a un sólo objeto.
Hasta esta época el fanatismo sólo se había visto relacionado con la religión o algún personaje relevante, pero a partir de los años 50 la música acogería al fenómeno fan y se mantendría hasta nuestros días.
La llegada del rock and roll hizo que muchos jóvenes cambiaran su conducta y actuaran de forma más rebelde, Elvis Presley fue el detonante de este cambio, aunque Frank Sinatra, en los 40, ya había reunido una serie de club de fans y había provocado el delirio de las jovencitas.
En la década de los 60 aparecieron los Beatles, que de nuevo provocaron el fenómeno fan. Con sus flequillos y melodías irresistibles, John, Paul. George y Ringo conquistaron el mundo y cambiaron la cara del pop. En esta época se inventó la minifalda y las chicas lucieron por fin sus piernas, lo que supuso un gran cambio en la sociedad conservadora de entonces. A la vez de los Beatles aparecieron los Rolling Stones, que también desataron el fenómeno fan.
En los años 70 los productores empezaron a percatarse de que los adolescentes poseían un amplio poder adquisitivo, y es por ello que crearon ídolos acordes con los gustos de los adolescentes. Estos eran muchachos de cara bonita y que no tenían un nivel musical muy exigente. Así aparecieron nombres como Leif Garrett, The Osmonds, David Cassidy, Shaun Cassidy o, en España, Los Pecos y Miguel Bosé.

En los años 80 apareció la MTV, canal mediante el cual se explotaba el fenómeno fan. De esta manera, todos los artistas de esta época estaban destinados para el público adolescente y tenían una corta vida musical, ya que rápidamente eran sustituidos por otro.Y, por encima de todos, una ambiciosa mujer reinó durante la década: Madonna.
En los 90 el fenómeno fan se multiplicó con la aparición de las boybands y girlbands en los que estaban perfectamente conjuntados la imagen y el mercado. Destacaron las Spice Girls, Take That, Backstreet Boys o 'N Sync,en el caso de los chicos. También se produjo el boom latino con Ricky Martin y Enrique Iglesias como protagonistas. En el campo del rock se produjo la explosión del grunge y el rock alternativo, con Nirvana a la cabeza y Kurt Cobain como mártir.
A comienzos del nuevo siglo, se sigue explotando el fenómeno fan con artistas femeninas como Britney Spears, Christina Aguilera, Shakira, Destiny's Child y Beyoncé, Pink, Avril Lavigne.
Hoy en día este fenómeno fan se mantiene por dos simples razones: el público femenino puede identificarse con algunos modelos a imitar, y el público masculino siempre está contento de ver alguna cara bonita o algún cuerpo explosivo.

OPINIÓN

Según mi opinión, el fenómeno fan tiene su parte buena y su parte mala, como todo en esta vida. Por un lado están los fans agresivos que harían cualquier cosa por ver a sus ídolos, incluso acabar con la vida de una persona o con la suya propia. Los ejemplos que más me han llamado la atención han sido: un fan ruso de Michael Jackson que tras la desaparición del rey del pop decidió suicidarse; a la cantante country Dolly Parton le dejaron un bebé en la puerta de su casa alegando que la madre del niño quería que ella le cuidara; y, por último, el caso de una fan del cantante Drake que se tatuó el nombre del rapero en la frente en mayúsculas.
La otra cara del fenómeno fan es mucho más pacífica. Para mí los fans inofensivos, los verdaderos fans, son aquellos a los que les gusta un cantante, deportista, equipo, escritor, etc. y que siga sus pasos, pero siempre desde un punto racional, no realizando actos exagerados o hirientes. Por ejemplo, el otro día fui a un concierto en el que en una canción todos los fans alzaron un cartel en el que ponía "Gracias". Este hecho me hizo pensar que en muchos casos los artistas ayudan a sus fans a llevar su vida por el buen camino y a superar ciertas situaciones complicadas de la vida.

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Bien, gracias por diferenciar información y opinión. El tema es curioso e interesante, daría para una clase de filosofía. Por último, cuida la presentación, especialmente la tipografía.

¿Por que no conocer Madrid?


No es nada malo querer conocer otros lugares, otras culturas, otros paisajes… Lo que yo me pregunto es porque ¿no les entran ganas de conocer nuestra ciudad?

Puede ser que estén cansados de Madrid por tenerla cerca y cuando se alejen la echaran de menos. Que están cansados de ir a Madrid a los mismos sitios, que nos les ha llamado la atención. Puede haber miles de motivos.

Muchos no conocen ni la mitad de los sitios que se pueden visitar en Madrid. Si están los típicos como El Prado, El Parque del Retiro, La Puerta de Alcalá…

Pero hay otros lugares que no se han visto, como subir al antiguo edificio de correos, y mirar las esplendidas vistas. El Templo de Debod de noche es precioso. Podemos comprobar si paseamos por la calle Fuencarral y encontramos un mercado total mente diferente a la calle.

En definitiva para mi opinión es bueno viajar para ver mundo si es cierto pero también es bueno conocer tu cultura y tu ciudad. Ya que no es necesario viajar horas y horas para ver sitios que en tu ciudad están. Es como un español que se va a parís y compra ropa en Zara cuando esa misma ropa está en España, si la comprara en España le saldría mas barato. Pero solo lo compran por estar en Francia.

La pregunta que me hago ¿Por qué no conocemos primero lo que tenemos a mano y luego vemos lo demás? 

"LA OPINIÓN DE LOS DEMÁS SOBRE TI NO TIENE QUE VOLVERSE TU REALIDAD". Les Brown



¿QUÉ ES LA AUTOESTIMA?

La autoestima es un conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias de comportamiento dirigidas hacia nosotros mismos, hacia nuestra manera de ser y de comportarnos, y hacia los rasgos de nuestro cuerpo y nuestro carácter. 

De manera que un adecuado nivel de autoestima es la base de la salud mental y física del organismo. El concepto que tenemos de nuestras capacidades y nuestro potencial no se basa sólo en nuestra forma de ser, sino también en nuestras experiencias a lo largo de la vida, es decir, lo que nos ha pasado, las relaciones que hemos tenido con los demás (familia, amigos…), las sensaciones que hemos experimentado… Ahora bien, todo influye en nuestro carácter y por tanto en la imagen que tenemos de nosotros mismos. Obviamente, los éxitos y los fracasos personales también influyen en nuestra forma de valorarnos.



Una persona con baja autoestima suele ser alguien inseguro, y recalco inseguro, que desconfía de las propias facultades y no quiere tomar decisiones por miedo a equivocarse. Además, necesita la aprobación de los demás debido a su gran cantidad de complejos. Suele tener una imagen distorsionada de si mismo, y con esto me refiero tanto a los rasgos físicos como de su valía personal o carácter. Todo esto le produce un sentimiento de inferioridad y timidez a la hora de relacionarse con otras personas, es decir, le cuesta hacer nuevos amigos y está pendiente del qué dirán o pensarán sobre él, pues tiene unmiedo excesivo al rechazo, a ser juzgado mal y a ser abandonado. La dependencia afectiva que posee es resultado de su necesidad de aprobación, ya que no se quiere lo suficiente como para valorarse positivamente.

Ahora quiero centrarme en algunas situaciones que pueden estar más cercanas a nosotros. Cuando nos  infravaloramos se produce la inhibición de la expresión de los sentimientos por miedo a no ser correspondidos. Si algo funciona mal en una relación de pareja o de amistad, la persona con falta de autoestima creerá que la culpa de esto es toda suya, malinterpretando en muchas ocasiones los hechos y la comunicación entre ambos. Se siente deprimido ante cualquier frustración, se hunde cuando fracasa en sus acciones y por eso evita hacer proyectos o los abandona a la primera dificultad importante o pequeño fracaso.

Otro de los temas que quiero plantear en esta entrada es que muchas personas piensan que el amor a uno mismo es equivalente al narcisismo. Sin embargo, el narcisismo es un síntoma de baja autoestima, y podría ser interpretado como desamor a uno mismo.
Para que lo entendáis mejor, una persona narcisista no es capaz de conocer y/o aceptar sus defectos, los cuales siempre trata de ocultar, al tiempo que intenta amplificar sus virtudes ante los demás para, en el fondo, tratar de convencerse a sí misma de que es una persona de valor y tratar de dejar de sentirse culpable por sus defectos. En resumen, una persona narcisista y una persona con una autoestima saludable son términos completamente opuestos, ya que en esta última, la persona se acepta y ama a sí mismaincondicionalmente. Conoce sus virtudes, pero también sus defectos. A pesar de ello, es capaz de aceptar tanto las virtudes como los defectos y vivir amándose a sí misma.

De pequeña me contaron un cuento en el que había un rosal con muchísimas rosas y entre todas destacaba una rosa blanca, a la que todas las demás flores envidiaban por ser tan bonita, pero claro, esta rosa no sabía de su hermosura ya que no se podía ver a sí misma. Una niña paseando al lado de esos matorrales arrancó esa rosa para ponerla en su habitación pensando en que la cuidaría y la regaría todos los días. Cuando la colocó en su cuarto, delante de la rosa había un espejo, esta se miró y vio que era una hermosa flor y pensó en cómo había podido ser tan tonta de no haberse valorado antes. 

De manera que quiero dejar constancia de que la moraleja que saco de este cuento es que cada uno es como es con sus defectos y con sus virtudes, cada persona es única por sí misma y eso es lo que nos hace realmente diferentes de los demás y gracias a ello, como dijo Hobbes, las personas podemos vivir en sociedad, por lo tanto relacionarnos. Pienso que nadie es mejor que nadie, que los ricos no son mejores que los pobres, que las personas hermosas no son más valiosas que otras menos hermosas y que las personas inteligentes no se anteponen a otras que no lo son tanto… Muchas cosas de nosotros no nos gustan y desearíamos cambiar pero debemos aceptarnos, debemos confiar en nosotros mismos, debemos valorarnos, porque todos valemos por nosotros mismo aunque a veces no lo creamos y sobre todo,DEBEMOS QUERERNOS  CON NUESTROS PEQUEÑOS DEFECTOS Y  CON NUESTRAS GRANDES VIRTUDES.

Siempre recordaré esa frase que un día un buen amigo me dijo: Para que te quieran los demás, primero; debes quererte a ti mismo.


Elena H.
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Bien por tu reflexión y análisis. Pero cuida la presentación, has ido introduciendo distintos tipos de letra y formatos, que hace que la presentación sea bastante deficiente, a pesar de introducir tantas y oportunas imágenes.

Mi grandioso rincón


Entendemos por hogar aquel lugar en el que somos como queremos, en la medida en que podemos, nos comportamos de forma libre y autónoma, aquel lugar en el que lloramos, sin darle importancia a quien nos verá. El hogar es aquel donde convives con las personas que más quieres, a las que mejor conoces, pero también es el lugar donde convives contigo mismo, con tus propios pensamientos y sentimientos.
Recurro a este rincón muy a menudo, de hecho, estoy en él todos los días del año. Pero en realidad, cuando hablo de escaparme del mundo, de olvidarme de todo aquello que me rodea, y que me irrita o aclama, me refiero a un hogar con todas las connotaciones positivas posibles que pueda tener, y no al simple sitio en el que duermes y comes.

Cada vez que salgo de mi cobijo, lo anhelo. Dejo de sentir la calidez de todos los momentos vividos en él, la frescura con la que todavía viajan las memorias y los recuerdos de foto en foto, de cuadro en cuadro, la nostalgia de sentir que nunca nada volverá a ser como antes en ese mismo salón, ni con esa misma persona...Pese a todo lo que sienta en cada momento de mi día a día, siempre estará en la cima de la montaña más alta de la cordillera de mi alma, mi hogar. 
De nuevo, planteo un dilema para mí misma que quiero compartir con los demás, una sensación, nuevamente, inexplicable, pero que sencillamente vive y transciende todo lo material. 

Ni una tarde repleta de las mejores noticias entre amigos, ni una agradable compañía mientras paseo por las calles de una de las ciudades más bellas del mundo, ni un "capuccino" en el Campo di Fiore de Roma, nada es comparable con la ligereza que siento, como si flotara en el mar más sereno del planeta, o como si estuviese tendida sobre el prado más fresco, cuando estoy en mi pequeño y entrañable rincón. 




Disfruto cada minuto que paso en él, y lo vivo como si fuese el último. 

Vuelvo a coger aire, pero esta vez lo expulso, y comienzo a andar sin rumbo alguno, simplemente me dirijo a donde quiera que mis recuerdos me lleven...espero llegar a mi HOGAR.


María B.
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Muchas gracias, ha sido un placer leerte.
FGH

martes, 28 de mayo de 2013

Cultura.



Según mis apuntes de filosofía de la pasada evaluación, la cultura es un conjunto de conocimientos que la sociedad proporciona al individuo para que este sea capaz de adaptarse al medio. Según mis apuntes, los seres humanos, al nacer completamente desnudos y vulnerables ante el mundo, nos valemos de la cultura. La cultura nos hace sobrevivir.
Para mí, la cultura es mucho más que eso.
Hace ya algún tiempo, para practicar en análisis de textos argumentativos, nuestra profesora de lengua nos dio un texto de Camilo José Cela, que defendía diferentes tesis acerca del uso de la televisión, esa caja tonta que nos absorbe. Allí, entre líneas, o quizá no tanto ya que Cela apenas tiene pelos en la lengua a la hora de escribir, se podía oír una llamada de atención. Una certeza a gritos, un soldado de la sabiduría que rezaba al Dios de la cultura.
 ¿Por qué despreciamos el saber? ¿Los libros, la historia, la filosofía, la cultura? Me pregunto. Es la cultura, es la sabiduría la que nos hace fuertes, la que impide que nos manipulen, la que abre nuestra mente y alimenta el espíritu. Según Cela,  El hábito de la lectura entre los ciudadanos no es cómodo para el gobernante porque, en cuanto razonan, se resisten a dejarse manejar.”Saber es una forma de contraatacar, de adquirir ese sentido crítico que nos mantiene por encima de las mentiras y las falacias. Saber nos permite también tener la mente y los ojos abiertos hacia otras formas de ver el mundo. Al conocer y aceptar nuestra propia cultura, adquirimos una perspectiva interior. Quizás nuestra propia cultura no sea la mejor, ni la más humanizante, y es por eso por lo que el hecho de saber abrir los ojos al mundo es importante.
Por ello, las personas que están únicamente interesadas en el mundo material no serán nunca las más ricas, ni mucho menos las más sabias. La curiosidad es algo que no debe perderse nunca. El filósofo Salvador Pániker dice sobre ella: "Para permanecer jóvenes tenemos que estar permanentemente en estado de curiosidad intelectual." Y es algo con lo que estoy totalmente de acuerdo. ¿Qué es una vida sin curiosidad? ¿Sin ese estado de indagación constante?
Una persona que no tiene cultura, aún puede salvarse, ya que puede aprender. Una persona que no tiene interés está perdida.
Paula D.
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Bien, es agradable pensar que las clases sirven para reflexionar.

Dorian Gray


“Si pudiera ver mi alma, yo he visto mi alma y podría enseñársela, está podrida, apesta, es veneno. Ayúdeme"



Es una cita del propio Dorian Gray, personaje de la película homónima basada en una gran novela de Oscar Wilde. Para aquellos que no conozcan la historia o no se acuerden, os dejo un tráiler, por si sirve de algo:


Pongámonos en situación, la historia se desarrolla el Londres victoriano del siglo XIX, en la cual un joven Dorian Gray regresa a la casa donde se había criado ya que su abuelo ha muerto y él es el heredero. Cuando llega a la ciudad es un joven con estudios y muy educado y pronto empieza a codearse con la gente más influyente de la ciudad, donde conoce a las dos personas que más lo van a marcar: el artista Basil Hallward y Lord Henry Wotton. Tras ver la perfección del retrato que Basil le ha pintado, Dorian queda marcado por su propia belleza y decide que sería capaz de vender su alma con tal de seguir igual de bello y joven que en el cuadro.

“Todo es posible para ti porque tienes las dos únicas cosas que merecen la pena: juventud y belleza.”

Henry se introduce poco a poco en la mente de Dorian haciendo que este cambie de opinión y siga las directrices que él dicta. Le presenta el mundo de los placeres y los excesos al cual Dorian no puede resitirse. Haciéndole creer que lo único importante es la juventud y la belleza y que cuando envejezca su vida habrá perdido el sentido y no tendrá posibilidad de ser feliz, con lo cual es su deber disfrutarla al maximo ahora que puede sin importar el cómo.
 

“No hay porque avergonzarse del placer Dorian, verás, el hombre solo quiere ser feliz pero la sociedad quiere que sea bueno. Cuando es bueno, rara vez es feliz pero cuando es feliz siempre es bueno. ¿Y tú quieres ser bueno no Dorian? ¿Y feliz?”  
Es un claro ejemplo de cómo, progresivamente, Henry consigue dirigir a Dorian como él desea llenándole la cabeza de palabras llenas de algo que ni siquiera el propio Henry cree, pero el ingenuo joven empieza a  creer en sus palabras hasta llegar a caer en el mundo que su amigo le ofrece.


Dorian va manchando su alma con cada mala acción que comete y pasa a vivir únicamente por y para el placer, lo cual queda curiosamente reflejado en su cuadro y no en él, lo que le hace no creerse responsable de sus acciones, ya que nunca paga las consecuencias. Y Henry, sigue con su incesable manipulación con la que cada vez disfruta más.

Pero pronto se descubrirán los estragos de la obra de Lord Henry y es que como Dorian no sufre las consecuencias de ninguno de sus actos, acaba matando al único amigo que realmente le quería, el pintor Basil, autor del retrato. 


Tras el asesinato, Dorian decide marcharse de Londres, y cuando vuelve 20 años más tarde visita a su viejo amigo Henry quien comienza a darse cuenta del monstruo que ha creado al descubrir que Dorian no ha envejecido en absoluto, sino que sigue siendo el mismo joven de veintipocos años que era cuando se fue. Por casualidad Dorian conoce a la hija de Henry, Emily, una joven muy peculiar e interesante de quien se enamora. Henry no acepta su relación porque sabe todo lo que esconde Dorian, pero tras conocerla, él decide que quiere cambiar, quiere volver a ser bueno por ella, para poder estar con ella y no hacerla daño; tras lo cual intenta hablar con su amigo para hacerle entrar en razón: “Tú me enseñaste que un hombre debe controlar sus sentimientos, pero yo no puedo. No puedo evitar querer a tu hija más de lo que he querido nada en toda mi vida”.

Henry decide que no puede perder a su hija en manos de aquel monstruo disfrazado de encantador joven y consigue encerrarlo en una habitación a la que después prenderá fuego haciendo que nuestro protagonista muera. 
Pero antes deja la que yo creo que es la reflexión más importante de la película:“Soy en lo que tú me has convertido. He vivido la vida que tú predicabas, pero nunca te atreviste a practicar. Soy todo aquello que a ti te daba miedo ser. Pero yo intentaba como fuera ser buena persona.”


Dejan así claro el mensaje de la película y es que nos muestra como la sociedad puede causar un efecto negativo sobre la personalidad y como algunas personas son capaces de manipular a otras hasta el extremo de hacerlas renunciar por completo a lo que eran para ser exactamente lo que esa persona desea. Y más aún, la sociedad es capaz de generar “monstruos” a los que después castiga, discrimina y en general se les niega la existencia; como ocurre en el caso extremo de un niño que haya crecido viendo violencia en televisión y al crecer nos extraña que sea violento y, claro, por lo tanto es potencialmente peligroso para todos y debemos evitarle a toda costa...  
  
“Mi vida ha sido una monstruosa corrupción”Dorian Gray.

Tamara M.

La esclavitud moderna.

En nuestra sociedad está bien visto vestir con ropas de marca, incluso algunas aportan elegancia a quien las lleva, de alguna manera, vestir con ese tipo de prendas son un distintivo, que permite distinguer a unas personas de otras.
Actualemente la moda en los adolescentes es una vía de comunicación, también a través de diferentes estilos consiguen situarse en la sociead y conseguir su identidad personal. 
Mucha gente de forma inconsciente compra ropa de marca incluso sin que le gusta, solamente por llevar el logo de una marca, algo que me parece realmente absurdo, pero mucha gente vistiendo así se llega a considerar incluso mejor que los demás.  En su opinión lo que están valorando es el coste de algo, sentirse superiores por tener mejor capacidad adquisitiva en comparación con la clase media o baja, que no puede permitirse comprar ropa tan cara de marca.
Pero lo que mucha gente no sabe que detrás de esos elevados precios de las prendas, hay gente tercermundista esclavizada, que pueden llegar a cobrar tan solo un euro al día. Estas personas son realmente esclavos, porque no pueden considerarse trabajadores por sus pésimas condiciones laborales, sus escasos sueldos, la seguridad, etc.
Mucha gente es consciente de esto, pero prefiere mirar hacia otro lado, la esclavitud de las personas para la elaboración de ropa de marca, la llevan a cabo inlcuso famosas empresas como Zara, H&M, Nike, El Corte Inglés, etc.

Hace poco tiempo, salió en el telediario, una noticia que hablaba sobre un incendio que ocurrió en una fábrica de Bangladesh, donde estos esclavos elaboraban la ropa, murieron unas ocho personas, pero en otros casos similares ocurridos ya hace más tiempo, llegaron a morir incluso doscientas personas, sin ningún seguro, ni seguridad.
Algunas organizaciones están intentando mejorar la seguridad de este tipo de fábricas, incluso han conseguido cerrar algunas, pero es imposible mejorar la seguridad en todas las fábricas del mundo en los que esclavizan a la población cobrando sueldos con los que apenas se puede sobrevivir.

Hace tiempo escuché como dueños de las grandes empresas decían "nosotros somos una fábrica, no una ONG", con esa declaración se está viendo la calidad humana que tiene esa persona. Podriamos decir que una persona sin corazón, cuyo único objetivo es conseguir los mayores beneficios sin importar los obstáculos. Con casos como estos vemos como debería cambiar la opinión hacía los demás, porque todos al fin y al cabo somos personas, todos deberíamos poder disfrutar de unos derechos, tener unos sueldos dignos con unas aceptables condiciones de trabajo, y ante todo evitar que sigan casos como estos de esclavitud, porque todo esto podría ir a más y no sabríamos ni como podría acabar.

de Edurne T. 

Una vida sin libertad.


Los seres humanos por lo general, admiramos y apreciamos a los animales, incluso convivimos con ello. El mundo animal es infinito, está formado desde el más diminuto insecto hasta el mayor mamífero. Los animales al igual que los seres humanos tienen una especie de sociedad para relacionarse e infinidad de hábitos para convivir. 
Es algo realmente bello poder contemplar la vida de un animal en la naturaleza, situación en la que los animales disfrutan de una vida libre. 
Desgraciadamente algunos humanos han percibido la admiración de las personas hacia los animales y han decidido beneficiarse económicamente de este acto. De esta manera se originan los zoológicos. 

La mayoría de la gente es feliz visitando este lugar pudiendo disfrutar de los animales, pero ¿los animales disfrutan viviendo ahí?, ¿es mejor esta forma de vida que la libertad?
En mi opinión es vergonzosa la actuación del ser humano, antepone su beneficio ante todo; con casos como estos vemos como en el hombre impera el egoísmo. De alguna manera se está disfrutando de la vida de los animales en cautividad, los pobres viven en instalaciones de escasos metros, no pueden actuar libremente y en algunas ocasiones como en las actuaciones de delfines, los pobres animales están sometidos a actuar en función de los deseos de los humanos.
Mi única opinión sobre los zoológicos, se basa en que en algunas ocasiones, estos centros dan lugar al desarrollo de algunas especies y permiten que no se extingan.
Si pensamos en una hipotética situación en la que los animales nos sometieran a los humanos, saldría a relucir una frase conocida "se comporta como un animal", y realmente los animales se comportan como tal, porque es lo que realmente son y los humanos aunque de diferente manera, también son animales.
Pienso que la libertad de alguna manera u otra es limida, porque por cualquier determinante o condicionante no se puede disfrutar de ella, la libre elección de decisiones solo es algo proporcional.

Pero siempre es mejor un mínimo de libertad, que la total inexistencia de ella.

                                                                                                      Edurne Tineo.
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Bien tú reflexión. Está bien ser tan crítica. Pero quizás puedes buscar una razón para los zoológicos, hoy en el siglo XXI. Es evidente que a los animales les conocemos de sobra por documentales. ¿Pero qué otras funciones hacen?