miércoles, 13 de febrero de 2013

Los patos de Central Park


LUNES, 11 DE FEBRERO DE 2013

-Oiga, Howitz -le dije-. ¿Pasa usted mucho junto al lago de Central Park?
-¿Qué?
-El lago, ya sabe. Ese lago pequeño que hay cerca de Central South Park. Donde están los patos. Ya sabe.
-Sí. ¿Qué pasa con ese lago?
-¿Se acuerda de esos patos que hay siempre nadando allí? Sobre todo en primavera. ¿Sabe usted por casualidad adónde van en invierno?
-Adónde va, ¿quién?
-Los patos. ¿Lo sabe usted por casualidad? ¿Viene alguien a llevárselos a alguna parte en un camión, o se van ellos por su cuenta al sur, o qué hacen?
 
Se trata de un fragmento del clásico El guardián entre el centeno, de Jerome David Salinger. 

El libro cayó en mis manos por casualidad el pasado verano, bajo el sol de agosto. Las primeras páginas me cautivaron de inmediato; tras el primer capítulo ya estaba deseando adentrarme en las turbias aventuras de Holden Caulfield, joven rebelde que protagoniza la novela. 

Holden es un tipo fuera de lo común. A sus dieciséis años, la vida no le ha sonreído especialmente. Buena parte de su rebeldía se debe a la temprana muerte de su hermano Allie. Este hecho marca la personalidad del protagonista, haciendo de él un tipo excéntrico y enigmático, un chaval capaz de percibir los pequeños detalles del día a día de los que nadie más parece percatarse. Es una persona enigmática y absolutamente libre. Toda la historia gira en torno a él, que va pasando por diferentes etapas a partir de su brusca salida de la universidad. Entonces, recorre varias ciudades conociendo a gente tan excéntrica como él, quedándose sólo con lo bueno de las personas. Para mi gusto, es una obra excelente, plagada de sarcasmo, de verdades como puños, y de alguna que otra mentira piadosa.
Sin duda, lo que me atrapó definitivamente de la historia es la peculiar manera en la que se satiriza la sociedad, con un pesimismo extremadamente sarcástico, pero increíblemente elegante. La narración en primera persona, junto con la naturalidad de los diálogos, han resultado la combinación perfecta para hacer de la novela uno de los libros que más me han marcado. Admiro la sutil ironía que refleja el autor en cada una de las páginas escritas. Según mi interpretación de la misma, la novela esconde una gran crítica bajo las costumbres aparentemente normales de la sociedad. Y es que el protagonista consigue hacer al lector cómplice de sus sentimientos. Adentrándonos en la historia, presenciamos situaciones de lo más inverosímiles, absurdas y caóticas, pero nostálgicas y profundas al mismo tiempo. Holden Caulfield percibe la realidad desde un punto de vista diferente, como un tipo duro que empieza a comprender cómo funciona el absurdo mundo de los adultos. La acción se desarrolla con un ritmo lento, pues no son pocos los detalles que nos da el narrador. 

Es una historia que obliga necesariamente a reflexionar, a ir más allá de la realidad aparente. 


Un muy buen libro, sin duda. Si decides leerlo, espero que lo disfrutes tanto como yo.

Sandra F.

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