Para practicar el baloncesto no es suficiente todos los conocimientos deportivos, sino que es muy importante la formación en valores humanos, y es aquí donde juega un papel muy importante el entrenador.
Los entrenadores que he tenido a lo largo de todos estos años han influido en la personalidad de todos los miembros del equipo enseñándonos valores como la superación, el esfuerzo, la autoestima, el trabajo en equipo, la cooperación, la colaboración, la responsabilidad, en definitiva son educadores y deben ver en el deporte una oportunidad para enseñar y educar.
Los entrenadores que respetan a sus jugadores, que tienen en cuenta sus necesidades, sus motivaciones, consiguen, además de poder formar unos “grandes deportistas”, el respeto, el cariño y la admiración de sus jugadores.
Un buen entrenador que tenga como primer objetivo a sus jugadores, ayudándoles en su capacidad de superación, conseguirá, seguramente, como consecuencia la victoria.
Cabe preguntarse si un entrenador debería trabajar el individualismo o el colectivismo en sus jugadores.
Si fomenta el individualismo, los jugadores anteponen sus intereses a los intereses de los demás. Si fomenta el colectivismo, los jugadores anteponen el beneficio del equipo al suyo particular, e intentan que el trabajo conjunto lleve a un triunfo de todos.
Para mí, lo más importante cuando jugamos partidos es que ganamos o perdemos como equipo y además todos tenemos en cuenta que por mucho talento individual que haya, sin un trabajo de equipo nunca dará sus frutos.
Como dijo Michael Jordan: “El talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia gana campeonatos”.
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