¿Y si no somos tan buenos como creíamos? Muchas personas creen que por naturaleza somos generosos e incluso hay quienes lo darían todo por ayudar a alguien y no estoy en contra de esa idea, pero ¿por qué hacemos cosas por los demás? La respuesta podría ser obvia: por amor, amistad, solidaridad... nunca diríamos que lo hacemos por nosotros, por egoísmo, ¿o tal vez sí?
Pongámonos en el supuesto de que apadrinamos a un niño del tercer mundo. En teoría es un acto de generosidad y no lo discuto, pero siguiendo mi teoría, indirectamente lo estamos haciendo por la satisfacción y la felicidad que nos produce saber que estamos ayudando a alguien que tanto lo necesita y queestamos haciendo algo correcto.
En base a esta idea, no es lógico que hagamos algo que por un lado perjudique a otras personas y a nosotros no nos produzca ningún beneficio ( y con esto no justifico el hacer daño a alguien para conseguir algo propio) porque al hacerlo también nos habremos perjudicado a nosotros mismos ya que tendremos un sentimiento de culpabilidad y al mismo tiempo no habremos conseguido nada de esa situación.
No me malinterpretéis, creo en los humanos y en su naturaleza generosa y solidaria aunque por supuesto hay personas que se alejan y mucho de estas definiciones; esta reflexión es un intento de demostrar que, aunque sea en el último propósito, las personas actuamos para nosotros y de manera que nos beneficiemos, aunque solo sea mediante un sentimiento de satisfacción y felicidad, sin tener que hacer daño a nadie por ello.
Tamara M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario