Mirando desde la infancia

A medida que te vas haciendo mayor y te vas dando cuenta de las cosas, muchas veces nos preguntamos porque no se habrá parado el tiempo en esos días tan maravillosos en los que esos pequeños ojos dilatados y brillantes se asombraban por cualquier diminuta cosa, todo nos parecía un mundo; ¿Pero no os ha pasado que cuando eres pequeño quieres ser mayor? todo lo vemos más fácil, ya que nos vemos a nosotros como pequeños personajes de este mundo tan grande, queremos ser adultos para poder hacer lo que queramos, ir a cualquier lugar y que nuestra palabra influya en algo en la vida, porque podemos gritar todo lo que queramos que siempre nuestra palabra sera pequeña e insignificante. Deseas ser lo que seras algún día en la vida ``Adulto´´. 

Pero ese niño que un día deseo ser mayor, porque veía a sus padres como conducía un coche, llevaba la ropa que quería y podía comprar todo lo que podía  a madurado y es lo que un día añoro ser, pero ahora su mentalidad a dado una vuelta de trescientos sesenta grados ¿Por qué? porque ahora ese niño tiene preocupaciones sobre el trabajo, el amor, la amistad, la familia, cosa que antes no tenía, porque antes solo te preocupabas de que todos esos juguetes que te han regalado el día de tu cumpleaños no desaparezcan y ahora te preocupas de que la persona a la que quieres este contigo apoyándote cada mañana, que tus amigos intenten estar en todos esos momentos malos y que nuestra familia mantenga buena salud para que no se separen de nuestro tren de la vida, ahora sabes que el dinero que se gastaban en ti o porque no siempre te compraban lo que querías es porque el dinero no te lo regalan si no que lo ganas con tu sudor de cada mes, que comprendes todo lo que antes no entendías.
Ahora en el interior de ese adulto deseas ser, lo que jamás deseabas  y estar lleno de fantasías  inocencia, alegría y sobre todo tener ese amor de familia , la amistad de un juego, la preocupación de un niño y el desear siempre con esperanza.

Lidia Romero Collado