viernes, 8 de febrero de 2013

La decisión de mi vida


La decisión de mi vida.


Fue en uno de esos momentos en los que me sentía especial, diferente a los demás, cuando decidí parar un momento y fijarme en todo lo que me rodeaba, darme cuenta de que todo es mucho más bello y especial de lo que parece a simple vista. Fue entonces cuando empecé a escuchar y no sólo oír. Fue entonces cuando escuché el crujido que producían mis pies en el parqué al presionar cada una de las pequeñas fibras de madera que lo formaban. Fue entonces cuando escuché el tintineo de la campanilla que actuaba como timbre, pero esta vez mi invitado era el viento, ese que tantas veces me ha hecho helarme de frío en invierno y al que he venerado en verano. Fue entonces cuando escuché el roce de las ramas de los pinos que yo misma planté detrás de la casa cuando aún era feliz. Fue entonces cuando me di cuenta de que nada de lo que pudiera pasar a continuación podría mejorar o empeorar mi vida, porque mi vida no era nada, absolutamente nada. ¿Qué era yo sino un fantasma encerrado en un cuerpo? ¿Qué era yo sino un grano de arena en el fondo de los océanos? Yo no era nada, esa es la realidad, y por eso, y por otras razones que ni yo misma sé, tomé la decisión más difícil de mi vida, y a la vez la más fácil. Fácil porque decir sí siempre ha sido fácil, digan lo que digan. Sí es una palabra, una maldita palabra, pero que si te sumerges en ella hay miles de consecuencias, unas buenas y otras no tanto... Después de pronunciarla mi vida cambió, al principio no cambió ni para bien ni para mal, simplemente cambió, y yo lo noté, como cuando alguien te está mirando fijamente y tú te das la vuelta para descubrir que efectivamente esa persona te estaba mirando, como cuando sientes que algo va mal y de repente suena el teléfono para darte esa mala noticia que sentenciará tu presagio. Os advierto de que en este texto no todo es verdad, pero tampoco todo es mentira, vosotros seréis los que lo decidáis, lo dejo en vuestras mano

No hay comentarios:

Publicar un comentario