sábado, 23 de febrero de 2013

Libre.


¿Realmente queremos ser siempre el centro de atención?
Creemos que es genial que estén pendientes de nosotros, que nos quieran, que queramos llamar la atención de la gente que nos rodea de vez en cuando para que se den cuenta de que existimos, ese tipo de sensaciones son ventajosas pero hasta cierto punto. No sé a vosotros pero a mi muchas veces me pasa lo contrario. Muchas veces quiero desaparecer durante un momento, olvidarme de todo, sin preocuparme de qué pensarán los demás, de querer pasar desapercibida, sin nadie que me vigile, salir a la calle y dar una vuelta, sin importarme nada. Y es ahí cuando te das cuenta de que necesitas estar solo, solo con tus pensamientos, despejarte de todo lo que está a tu alrededor, de lo bueno y de lo malo y de alguna manera poner en orden tu vida.
Muchas veces necesito escapar de todo. Y de repente empiezas a observar y percibir lo que te rodea y te fijas más en lo que ocurre a tu alrededor. Escuchas el sonido de los pájaros, de los coches, y examinas el césped mojado después de un día lluvioso y gris. Notas la suave brisa rozando tu cara, niños jugando con charcos, percibes pequeñas gotas de agua de lluvia sobre ti. Comienzas a pensar y sientes que progresas cada día, aunque a veces no te des cuenta. Cada vez eres más maduro a medida que pasa el tiempo, cada día te superas a ti mismo. Recapacitas y llegas a conclusiones a las que nunca pensaste que llegarías.
Cuando estás solo te das cuenta de los errores que has cometido, y piensas que hay errores que nunca cometerás. Pero ahora mismo, en este instante te tiene que importar poco, no arrepentirse de nada .También te das cuenta de quién sigue a tu lado y quién no. De los que te han dejado o de los que se fueron.

Poco a poco ves como pasa el tiempo, las agujas del reloj se han desplazado, observas que la luz se ha ido desvaneciendo, hasta que anochece.
A simple vista la gente que te mira por la calle, ve que estás solo, que andas solo, pero tú te sientes seguro, te sientes libre.
De repente, y no sabes cómo, vuelves a la vida real. Se acabó tu tiempo de reflexionar y de organizar tu vida de alguna manera. Vuelves a la rutina, a las pequeñas discusiones y a las grandes alegrías. A llorar de la risa, de felicidad, de tristeza o de rabia. A cometer esos errores que no puedes evitar de ningún modo.
E inexplicablemente eres incapaz de darte cuenta de las cosas que han ido sucediendo a tu alrededor, los pájaros que ya no oyes, el motor de los coches que ya no escuchas, ya no sientes la brisa de la misma manera que antes… Ya no percibes todo lo que observabas anteriormente.
Eres libre sí, pero no del mismo modo que antes.


Irene F

Me encanta, gracias por tu sinceridad. El tema de "la soledad y los otros" es muy interesante. Echo en falta alguna reflexión filosófica, alguno de los temas que hemos tratado en clase, ya sabes: la identidad personal, la socialización, la visión esencialista o existencialista del hombre.. en fin, ya me sorprenderás.

FGH

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