Nuestro carácter nos hace meternos en problemas, pero es nuestro orgullo el que nos mantiene en ellos.
Cuando discutimos con alguien, cuando queremos conseguir algo o cuando queremos quedar por encima los demás, surge en nosotros esa tozudez que caracteriza muchas veces a la especie humana, no vamos a ser menos que el vecino; ese “piltrafa” no se le da mejor que a mi hacer cualquier cosa; si quiere que hablemos, primero que se disculpe él. Todo esto no nos deja ver, en la mayoría de las veces, que basta con poner un granito de arena de tu parte para que todo pueda solucionarse y volver a como era antes.
A todos, aunque muchos no lo reconozcan, nos gusta ser alguien único y por encima de los demás en algo, pues esto nos hace sentirnos realizados y elevar nuestro ego y nuestra autoestima, en ocasiones hasta niveles en los que se puede llegar a la pedantería. A quién no le gusta sobresalir en algo, en sus estudios, en sus virtudes, jugando al fútbol, tocando un instrumento, pero esto puede producir consecuencias negativas en quien lo experimenta.
Si bien es cierto que, intentar ser el mejor en lo que nos es posible es bueno, pues nos hace poseer ese grado de ambición y perseverancia que no tendríamos si no nos comportásemos así. El ser humano es un ser competitivo entre sí, como animales que somos intentamos ser los primeros y los mejores en todo. Lo necesario es encontrar un punto en el que seamos capaces de controlar nuestro ego y nuestro orgullo y poder alcanzar nuestras metas ambiciosas que deseemos.
Como dijo Esopo hace miles de años: “Nuestro carácter nos hace meternos en problemas, pero es nuestro orgullo el que nos mantiene en ellos”.
Como dije líneas arriba, ¿por qué voy a ser yo quien intente arreglar esto?, ¿por qué le voy a hablar yo si el no lo hace?, solo es necesario la buena fe de cada uno de nosotros para poder solucionar nuestras diferencias y arreglar nuestros problemas, aportando un poco de nuestra parte haremos de nuestras vidas algo mejor, pero para ello, todos debemos de colaborar, reduciendo nuestro orgullo y bajando nuestro ego.
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