jueves, 6 de junio de 2013

CIUDADANO COSMOPOLITA

 Hace tiempo vi un documental sobre  la corriente del golfo y la próxima glaciación, es decir, las repercusiones que tendrá en el clima de Europa la debilitación de las corrientes oceánicas. La causa de este debilitamiento es el calentamiento global.

No se sabe como va a evolucionar la cuestión del efecto invernadero pero si se sabe que el calentamiento aumentará. Y esto podría producir un incremento del agua dulce que se vierte en los océanos y como consecuencia afectará a la circulación oceánica. La pregunta que se hace en el documental es sobre si es posible que el calentamiento global  conduzca a Europa a un nuevo periodo glacial.

Independientemente de que suceda o pueda suceder el nuevo periodo glaciar lo que me llamó la atención es que por primera vez en la historia el hombre está influyendo en el clima terrestre. Los principales responsables del nuevo calentamiento global actual somos los seres humanos.

Por lo tanto el documental es una buena razón para hablar sobre la responsabilidad y sobre el nuevo tipo de conciencia planetaria.
El problema del calentamiento global es como consecuencia del progreso científico-técnico, y este problema no puede ser solucionado por unos pocos países, sino que requiere la cooperación y responsabilidad de todos. La idea debe situarse en el compromiso  individual y también en el colectivo.

Es increíble que la  naturaleza se haya cuidado y se haya hecho responsable de sí misma, y  en cambio el hombre se ha encargado de descuidarla lentamente, y todo por nuestro afán de monopolizar la tierra y volvernos poderosos sobre todo lo que en ella habite.

Hemos creído que el progreso consiste en explotar los recursos de la tierra para satisfacer nuestro deseo de bienestar, y la estamos destruyendo pero ¿Es necesario dañar la naturaleza, sólo para nuestro beneficio?  Claro que no, puesto que sin ella no podríamos existir. Es necesario que la búsqueda por el bienestar económico a corto plazo deje de primar sobre la seguridad de las personas y de los ecosistemas.

Por eso, tenemos que cambiar nuestra idea de progreso en el sentido de asumir responsablemente las consecuencias de nuestras acciones, para poder dejar a las generaciones futuras un mundo, como mínimo, tan habitable como el que nosotros hemos encontrado.

Es triste ver a instituciones, estados, gobiernos que admiten y reconocen el problema del calentamiento global pero que no adoptan ningún compromiso para su solución, ninguna reacción ante el peligro.

Por eso, cada uno de nosotros tenemos que  pensar y reflexionar que vivimos en una sociedad, y que la sociedad esta formada por individuos, que somos cada uno de nosotros, que tenemos que poner de nuestra parte y cooperar para que la sociedad funcione adecuadamente.


Todos tenemos que ser ciudadanos responsables y no limitarnos sólo a exigir nuestros derechos, sino participar activa y responsablemente en los asuntos que nos afectan a todos.

El ideal al que se aspira es el del ciudadano cosmopolita: aquella persona que, desde sus condiciones concretas de vida es solidaria con los problemas de la humanidad.

de 

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