A lo largo de la historia ha habido innumerables civilizaciones de las cuales su arquitectura ha destacado por encima de las demás. Algunas de estas, han sido por ejemplo la civilización egipcia, que se desarrolló durante más de 3000 años y comenzó con la unificación de varias ciudades del valle del Nilo, alrededor de 3150 a. C., también cabe destacar el imperio romano, la civilización maya, etc.
Durante la tercera dinastía, la de Djeser, se construyó por primera vez una pirámide escalonada, y con el paso de los siglos, estas fueron “evolucionando” hasta dar finalmente con las famosas pirámides de Keops, Kefren y Micerenos. Estas ya tenían una forma más uniforme, ya que primero construían una pirámide escalonada y posteriormente, le echaban desde la parte superior (desde el vértice), una serie de materiales que la recubrían y la daban un aspecto mucho más uniforme y brillante. Los materiales que solían utilizar eran: la piedra caliza, el adobe, la arenisca, el granito, etc.
En comparación con la actualidad que para construir se emplean numerosos instrumentos tecnológicos, los planos se hacen a ordenador, etc. Los arquitectos egipcios se centraban en técnicas mucho más sencillas como por ejemplo el llamado triángulo egipcio, que consistía en un triángulo rectángulo cuyas medidas daban número enteros (3, 4, y 5), también un método muy peculiar que utilizaban era extraer grandes bloques de piedra introduciendo en las llagas de estas grande cuñas de madera, con el calor estas se dilataban y podían extraer los bloques. Sin embargo, en la actualidad esto se hace con unas grandes sierras.
Gente que ha estado en el corazón de Egipto dice que cuando llegan allí por primera vez, es como si viajaran en el tiempo y retrocedieran hasta el siglo 2000 a. C; todo se ha mantenido tan bien a través de los siglos que uno no puede llegar a pensar que tengan nada más y nada menos que alrededor de unos 4000 años. Además, estas son tan inmensas que cuando uno las ve, queda embriagado de tal manera que luego no quiere volver a su país, quiere seguir visitando y descubrir lugares que ni la mente humana podría llegar a imaginar.
Para mi es una cultura que me fascina desde su forma de vida,de vestir, de escritura,etc hasta su arquitectura. No recuerdo el día en el que me empezó a llamar la atención esta civilización, pero lo que sí sé,es que tarde o temprano viajaré allí, y podre descubrir, aunque sea, una milésima parte de su cultura.
Centrándonos en la civilización egipcia, esta destacó sobre todo por sus majestuosas construcciones. Estas, solían ser templos, destinados a lo dioses; pero lo que destacó por encima de todas fueron las pirámides. Su estilo arquitectónico fue variando a lo largo de las distintas dinastías.En las primeras (la I,II y III), las tumbas de los faraones se llamaban Mastabas, estas tenían la forma de un trapecio isósceles y en su interior, en una especie de pozo, se encontraba la tumba del faraón.
Durante la tercera dinastía, la de Djeser, se construyó por primera vez una pirámide escalonada, y con el paso de los siglos, estas fueron “evolucionando” hasta dar finalmente con las famosas pirámides de Keops, Kefren y Micerenos. Estas ya tenían una forma más uniforme, ya que primero construían una pirámide escalonada y posteriormente, le echaban desde la parte superior (desde el vértice), una serie de materiales que la recubrían y la daban un aspecto mucho más uniforme y brillante. Los materiales que solían utilizar eran: la piedra caliza, el adobe, la arenisca, el granito, etc.
Durante el Imperio Nuevo, en vez de construir pirámides, lo que hicieron fue escavar en la falda de las montañas, y así dieron lugar a impresionantes construcciones que representaban el poder y las riquezas que tenía el pueblo egipcio.
En comparación con la actualidad que para construir se emplean numerosos instrumentos tecnológicos, los planos se hacen a ordenador, etc. Los arquitectos egipcios se centraban en técnicas mucho más sencillas como por ejemplo el llamado triángulo egipcio, que consistía en un triángulo rectángulo cuyas medidas daban número enteros (3, 4, y 5), también un método muy peculiar que utilizaban era extraer grandes bloques de piedra introduciendo en las llagas de estas grande cuñas de madera, con el calor estas se dilataban y podían extraer los bloques. Sin embargo, en la actualidad esto se hace con unas grandes sierras.
Desde hace unos años me empecé a preguntar porque civilizaciones que tenían unos recursos materiales, tecnológicos y científicos muchísimos más escasos que los que tenemos en la actualidad, pudieron construir tales obras maestras y que perduraran a través de los siglos. Teniendo en cuenta que algunas construcciones de la actualidad duran unas cuantas décadas.
Para los arquitectos de hoy en día esta cuestión les ha traído muchos quebraderos de cabeza, ya que pese a haber investigado sobre las técnicas que se empleaban, las herramientas, los recursos, etc. Todavía no han sido suficientes para desvelar todos los misterios que esconde esta civilización.
En mi opinión, creo que todavía quedan muchas cosas por descubrir acerca de ellos y que a pesar de todas las tecnologías que tengamos no seremos capaces de llegar hasta “el fondo”, ya que estos tenían una gran riqueza cultural que les ha hecho que obras maestras como las pirámides, perduren a través de los siglos.
Gente que ha estado en el corazón de Egipto dice que cuando llegan allí por primera vez, es como si viajaran en el tiempo y retrocedieran hasta el siglo 2000 a. C; todo se ha mantenido tan bien a través de los siglos que uno no puede llegar a pensar que tengan nada más y nada menos que alrededor de unos 4000 años. Además, estas son tan inmensas que cuando uno las ve, queda embriagado de tal manera que luego no quiere volver a su país, quiere seguir visitando y descubrir lugares que ni la mente humana podría llegar a imaginar.
Para mi es una cultura que me fascina desde su forma de vida,de vestir, de escritura,etc hasta su arquitectura. No recuerdo el día en el que me empezó a llamar la atención esta civilización, pero lo que sí sé,es que tarde o temprano viajaré allí, y podre descubrir, aunque sea, una milésima parte de su cultura.
Cristina R.
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