Adicción

Hoy en día nuestra cultura ha asimilado las nuevas tecnologías como algo imprescindible para vivir, ya que todo lo que utilizamos funciona gracias a la electricidad; ya sea la luz, la televisión, el funcionamiento del agua, la nevera, etc. A medida que hemos ido creciendo nos hemos socializado en una cultura en la que poco a poco las tecnologías se han introducido en nuestra vida, de tal manera que si en un caso hipotético se agotaran o se rompieran, no sabríamos como actuar. Estas forman parte de nosotros.

El bum de las tecnologías se ha producido sobre todo en los móviles, ya que desde hace unos años estos han evolucionado tanto que parecen ordenadores en miniatura. Tal desarrollo ha llegado hasta a las personas mayores, por lo que han tenido que vivir una resocialización. Ellos se criaron en una sociedad completamente distinta, donde las tecnologías eran lo que menos les importaban con el fin de tener un trabajo para poder alimentar a sus hijos .Sin embrago, en la sociedad actual, muchas personas tienen como meta ganar dinero para así poder comprarse el último modelo del Iphone.

Muchos adolescentes cuando sus padres les castigan sin el móvil, sin tele, sin play o sin cualquier aparato, no saben cómo pasar su tiempo libre. En cierto modo han perdido la imaginación ya que las tecnologías no les hacen pensar ni imaginar, se lo dan todo hecho.

El whatsapp, el Facebook, el twitter se han convertido en “drogas” para ellos, pero no en el tipo de droga que perjudica la salud, sino en una droga que les hace adictos a las redes sociales, a la tele a los móviles, etc.

Un claro ejemplo de esta adicción es cuando varios amigos quedan para comer porque hacía mucho tiempo que no se veían, y en vez de conversar entre ellos se pasan toda la comida hablando por el whatsapp.  Llegan a estar tan condicionados a los  aparatos que no sen dan cuenta cuando los tienen que dejar a un lado y creen que lo que están haciendo es lo correcto. Pero sin embargo, es una falta de respeto hacia las personas con las que han quedado.

Si tuviéramos la oportunidad de preguntar a alguien del pasado como sería el futuro, esta persona se quedaría asombrada al saber cómo ha cambiado la sociedad, no la podría reconocer.

Cristina R.

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