Bueno en este comentario, voy a reflexionar la competitividad del hombre, porque me parece un tema interesante y está presente en casi todos los momentos de nuestra vida.
Nos encontramos en el patio de un colegio en un carrera donde todos los niños de primaria son participantes, pero todos y cada uno de ellos quieren ganar.
¿Por qué?
Estamos en una clase de niños donde un profesor pregunta una teoría muy simple y fundamental, todos los niños levantan la mano para contestar, para recibir el protagonismo, que es el premio por haber destacado y contestado.
¿Por qué?
En una convocatoria para un partido de baloncesto, todos los niños integrantes del equipo quieren participar para poder lucirse, para poder destacar entre los demás y ser elegidos.
¿Por qué?
Desde la infancia se encuentra ya la competitividad en el hombre, incluso en un simple juego de colegio.
La respuesta a estas sencillas preguntas es que el ser humano es competitivo por naturaleza, quiere destacar entre los demás, quiere ser reconocido, quieren ser valorados, esto yo pienso que se debe a que somos gregarios y principalmente queremos la aceptación colectiva.
La competitividad está presente en todo momento, desde que eres pequeño, ya quieres ganar en un simple juego de colegio, durante la adolescencia sigues queriendo destacar, quieres ser mejor que los demás, claramente hay personas más competitivas que otras, pero al final y al cabo, poco o mucho todos lo somos.
Cuando llegamos a edades más adultas, tras el gran aprendizaje de esta vida, para destacar en la competitividad incluso se recurre al engaño, para poder destacar más aún, usan el desengaño para el beneficio propio, como es el caso de los deportistas de élite, una gran prueba es el ciclismo.
Vemos diariamente en las noticias como muchísimos ciclistas han llegado a ser campeones mundiales, ganadores de tours dopándose y utilizando medidas incluso peligrosas de su salud, como ha sido elevar los hematocritos en su propia sangre, trasfusiones de sangre, etc, todo esto para conseguir competir con los demás con ventaja, para diferenciarse enormemente de los demás.
Esta competitividad la podemos trasladar al deporte predominante en este mundo, el fútbol. Todo el mundo quiere llegar a ser las estrellas, los mejores, lo que realmente tiene lógica, pero hay que tener en cuenta la parte humana para llegar a esto. En el fútbol se busca atraer a la gente más habilidosa y destacada del mundo pagándoles gran cantidades de dinero, los medios de comunicación han contribuido a crear un gran espectáculo del fútbol, es considerado un movimiento de masas en todo el mundo, de alguna manera la competitividad que tenía de ver quien era el mejor, ha pasado a ser algo fanático (incluso los políticos se han unido a esto, para ellos su equipo llega a representar una ciudad), lo que lleva al extremo de la competitividad.
Las masas se han contagiado de las ganas de ganar y muchas ciudades, pueblos, representan a un equipo de fútbol, como si ese equipo fuese lo mejor del mundo y obedece a lo irracional del ser humano, incluso el ser humano llega a pelearse porque su equipo sea el mejor, pero no siendo el mejor honestamente, sino que queremos que gane sea como sea, que en un partido una simple falta para nuestro equipo es una injusticia, pero no lo vemos a la inversa.
Pero estas personas no son aficionados al fútbol, son fanáticos, el buen aficionado es aquel que apoya a su equipo, lo defiende, pero es "racional", porque también es capaz de reconocer las cosas buenas del equipo contrario, el aficionado admite que su equipo no es perfecto.
Edurne T.
¡Hola!
ResponderEliminarme encuentro escribiendo, unas reflexiones o pensamientos sobre este tema; me gustaría saber si de casualidad tienes o encontraste información sobre autores que traten tal tema -que no sea competitividad empresarial- y que lo hayan cuestionado más a fondo.
este es mi correo por si me puedes enviar información ante esto.
sebastian.andre.rivera2012@gmail.com
Att:Andrés Rivera
Gracias de antemano.