lunes, 10 de junio de 2013

Dormir y afilar el hacha.


Un maestro y su discípulo se preparaban para cortar leña:
El discípulo trabajó sin detenerse a descansar, y acumuló una gran pila de leños.

El Maestro en cambio, dividió el trabajo en 2 periodos, cortando leña durante 50 minutos y  descansando 10.
Al terminar, el Maestro reunió  una pila de leños mucho mayor.
El discípulo, extrañado por lo que acababa de suceder le preguntó:
 -¿Cómo es posible que hayas juntado más leños que yo si estuviste descansando varias ocasiones?
El Gran Maestro le contesto:



 -Mientras descansaba afilaba el hacha.

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Esta fábula me ha hecho reflexionar sobre lo importante que es tener paciencia en nuestra vida,ya que nos ayudará a mejorar continuamente.

Muchas de las virtudes que tenemos los seres humanos están relacionados con la paciencia, por ejemplo la tolerancia, la esperanza, la insistencia, la voluntad, el equilibrio, etc. Para ejercitarla, es necesario empezar por trabajarla  con uno mismo, puesto que en la actualidad nuestro modo de vida está encaminado al "Date prisa", "Ahora mismo", "Yo lo necesito primero" y no valoramos el esfuerzo y el tiempo que se necesitan para conseguirlo.


En general, yo pienso que nos resulta muy difícil no alterarnos ante algunas circunstancias. Disponer de la calma para soportar situaciones difíciles, el saber esperar algo que deseamos mucho o tener autocontrol sobre uno mismo, para mi significa tener paciencia.


Practicarla nos ayuda a ejercitar la reflexión y evitar tomar decisiones equivocadas o irreversibles, cuando en ocasiones puntuales somos impacientes y actuamos con pasión y sin detenimiento.

Saber esperar y entender que "las cosas" no dependen de nosotros "exclusivamente", comprender que es necesario darles tiempo y que sucederán cuando sea el momento, es un ejercicio de paciencia que indica igualmente una cualidad de personas maduras.

Tal vez podamos reflexionar ante la idea, de cómo resultarían las situaciones cotidianas (las discusiones con los amigos, los olvidos, las decepciones etc.) en caso de afrontarlas con paciencia.



¿Para qué tomar decisiones desesperadas? Si tarde o temprano la vida se encarga de entregarle a cada quién un justo premio por ser paciente.



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