miércoles, 19 de junio de 2013

Estados Unidos y las armas.


Se estima que el 45 % de los hogares cuenta con un arma de fuego, hay trescientos millones de ciudadanos civiles que poseen algún tipo de arma de fuego y cada día 32 personas mueren por el impacto de una bala. Y, es que, en Estados Unidos, llevar un arma es un derecho incluso establecido en la Constitución. Hoy en día, se cuestiona este “privilegio” ya que cualquier persona puede tener acceso incluidas las armas de uso militar y sin restricciones.

Este derecho hace que el Gobierno de Estados Unidos permita  que las armas lleguen a los delincuentes más jóvenes provocando un estado de inseguridad entre la población. Según ellos, se sienten amenazados, y por lo tanto, tienen derecho a defenderse.

La mayoría de ellos defienden que es más importarse sentirse seguro uno mismo, que la seguridad de toda la población en general. Están concienciados de que el derecho de tener armas les ha llevado a lo que son ahora, una gran potencia mundial, incluso que eso les hace superiores.

Incluso, en las pandillas, saben que quizá no lleguen a los veinte años, pero entienden que si pasa es como tiene que ser. Se apoyan entre ellos porque suelen pertenecer a  clases marginales y familias desequilibradas, y darían todo por salvar a otro porque entienden que son una familia, porque no tienen nada más. Sienten que cuando tienen entre sus manos un arma, les van a respetar. Estas pandillas están formadas por niños que juegan a ser tipos duros, que confunden  la realidad con la ficción, y el problema es que la armas que llevan son muy reales.

En definitiva, cuando los impulsos y la curiosidad, propias de los adolescentes se combinan con las armas de fuego, esto puede tener consecuencias desastrosas.
 

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