Esta es una novela escrita por Robert Fisher. Este libro, aparentemente “corto” (no tiene muchas páginas) nos plantea un serio problema filosófico: el sentido que damos a nuestra vida, y la importancia que damos a las cosas.
Creo que es uno de los mejores libros que he leído nunca. Es filosófico, pero a la vez muy ameno e incluso divertido. Me lo regaló mi abuela hace muchos años y desde entonces no he parado de leerlo, quizás al principio por el cariño que le tenía. De hecho, cuando lo leí por primera vez no me dijo nada. Pero empecé a crecer y me empecé a dar cuenta del libro que tenía en mis manos. Cada uno o dos años me lo volvía a leer, y en cada “releída” descubría pequeños detalles que hacían de aquel un libro cada vez más maravilloso.
El argumento es bastante simple: un caballero de brillante armadura, para no perder el tiempo, decide no quitarse la armadura jamás. Pero un día su mujer le dice que si quiere seguir con ella y con su hijo, debe quitársela y volver a ser él mismo. Pero descubre que esta se ha oxidado, y que le es imposible quitársela.
Este libro nos plantea el problema, en mi opinión, más duro al que se enfrenta la humanidad día a día. El sentido que le damos a nuestra vida, las “cosas importantes” y las que no lo son. Pero, el término “importante” depende de cada persona. Y en este libro, nuestro caballero no sabe si elegir como importante seguir salvando doncellas y matando dragones o mantener a su familia, su amor por su esposa y su hijo. Y en este caso, el mero hecho de quitarse la armadura, le hace elegir. No sólo eso, si no que la armadura le hace olvidar quién era. No sólo un caballero. Un hombre, con nombre y alma.
Entonces el Caballero va a visitar al más poderoso de los hombres, el mago Merlín. En esta historia, Merlín no le quita la armadura con la varita mágica, sino que resulta ser un "guía" del Caballero que le ayudará a liberarse de la monstruosa armadura. El mago le explica que debe vivir una última aventura con su armadura, pero que será la más difícil de todas. Primero deberá atravesar el Sendero de la Verdad, cruzar el castillo Silencio, el Conocimiento y el castillo Voluntad y Osadía.
En el Silencio, nos sentimos solos. No hay nada ni nadie a nuestro alrededor. Y entonces, cuando estamos solos comenzamos a conocer la persona que hay en nuestro interior. La verdadera persona que hay dentro de la armadura.
Así, llegamos al Conocimiento, donde encontramos todos los saberes del universo. Pero es oscuro y sin luz, y uno tiene que ir averiguando cosas, conociendo, aprendiendo para poder "aclarar sus asuntos".
Y por último, nuestro caballero llega al último castillo. Pero justo antes de entrar aparece el dragón del Miedo y la Duda. Sin embargo, si una persona se conoce, no tiene que tener ni miedo ni dudas, y ese feroz dragón es sólo una ilusión. Entonces la Voluntad y la Osadía desaparecen de nuestro camino.
No hace falta decir, que como buen Caballero que es, cumple su misión y se libera de su armadura.
Muchas veces nos quedamos atrapados en una armadura muy similar a la del Caballero. Nos atascamos entre un montón de cosas sin sentido, que creemos que nos dan la felicidad, y que son toda nuestra vida. Nuestro caballero pensaba que su vida era su armadura, y no quería quitársela jamás. Sin embargo, su armadura no le abrazaba cuando llegaba a casa, ni hablaba con él. Era solo un elemento más que configuraba su vida, pero que había pasado a un plano superior. No se conocía a sí mismo.
Por eso, lo que tenemos que preguntarnos ahora es: ¿cuál es nuestra armadura?
Y cuando la tengamos, tenemos que asegurarnos que podemos quitárnosla, que no está oxidada. Sin embargo, y en mi opinión, si es así, guárdala en el armario. Porque aunque puede convertirse en tu vida… ¿qué es un caballero sin su armadura?
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