Las preocupaciones, ¿qué son?, sino más que simples pensamientos que nos hacen perder grandes momentos de nuestra vida.
Cuando somos unos niños las únicas preocupaciones que nos surgen durante el día a día son simplemente: que no nos salgamos de la línea al pintar, que no se olviden de ti cuando tus amigos eligen quienes van a ser los protagonistas de tu juego favorito, que no ganes un concurso, etc. Aunque parezca mentira, estos objetivos si no los cumplíamos nos sentíamos mal e impotentes. En la medida en que hemos ido creciendo y madurando nuestros problemas se han ido incrementando, hasta tal punto que cuando tenemos que decidir algo importante que sea imprescindible para determinar la dirección de nuestro futuro, no sabemos qué decisión tomar.
Los jóvenes como yo, nos preguntamos a diario que va a ser de nosotros en un futuro. Necesitamos a alguien que nos guíe, nos haga sentir que valemos y que podemos conseguir todo lo que nos propongamos, ya que no estamos acostumbrados a tomar decisiones, y cuando nos tenemos que enfrentar a ellas intentamos por todas los medios escabullirnos. Esto ocurre durante sucesivas veces hasta que ya no queda más remedio que enfrentarse al problema, y cuando lo haces, este a "engordado” tanto que te resulta mucho más complicado enfrentarte al problema.
El otro día, en clase de lengua mi profesora nos dijo que teníamos que escribir en un papel lo que queríamos estudiar al acabar el instituto. Hace unos años me preguntaba lo mismo y continuamente me decía a mí misma que no me preocupara por qué carrera iba a elegir ya que todavía me quedaba mucho tiempo. Sin embrago, cuando la otra mañana nos lo preguntó, ya no eran unos años los que me quedaban sino prácticamente unos meses, y lo malo que seguía en la misma situación que entones.
Una cosa similar les pasa a los adolescentes de hoy en día, cuando llega el momento de elegir la carrera que quieren hacer. Muchos ya lo saben desde que son unos niños, pero los que no lo tienen claro, la mayoría de las veces hasta el último momento no saben que escoger. Les preocupa si una vez elegida la carrera no será lo suyo o no les gustará; incluso los que tienen decidido lo que quieren hacer, después de tanto tiempo preparándose para poder acceder, no les llega la nota por unas milésimas.
En definitiva, a lo largo de nuestra vida nos vamos a tener que enfrentar a múltiples situaciones, muchas no nos gustaran, pero tendremos que tomar decisiones para así poder forjarnos un futuro con expectativas. Algunas de estas decisiones pueden darnos miedo, pero si no las afrontamos nunca, con el paso del tiempo será como si tuviéramos clavada una espinita en el corazón, ya que nos quedará la incertidumbre de ¿qué me habría pasado si hubiera dicho que si? Esta sería una de las muchas preguntas que nos formularíamos, lo malo que estas no tendrían respuestas ya que no las podríamos comprobar.
Cristina R.
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